PRENSA > NOTICIAS

Marcelo Miño será ordenado sacerdote en la parroquia del barrio Güemes

Por la gracia de Dios y la imposición de manos del Arzobispo, Marcelo Federico Miño, un joven de 28 años, será ordenado sacerdote en la parroquia Inmaculado Corazón de María, del barrio Güemes de Corrientes. Será durante la Misa que se celebrará el viernes 13 de octubre, a las 20.

Del capítulo 15 del evangelio de Juan, eligió Marcelo su lema de consagración a Dios: “Permanezcan en mi amor” (Jn 15,9). Será ordenado sacerdote en la parroquia de su barrio, donde formó y fortaleció su fe y su vocación.

Marcelo nació el 13 de mayo de 1994 en el seno de una familia numerosa. Su papá es Jorge Alcides, carpintero de oficio, y su mamá, Irma Noemí Sanchez, ama de casa. Él es el cuarto hijo en la familia, sus hermanos mayores son: Matías, Romina y Maximiliano, quiénes son padres de sus 6 sobrinos; a él le siguen los mellizos: Florencia y Mauricio. Fue bautizado el 30 de diciembre de 1995 en la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario.

En su familia siempre se vivió la fe de modo cotidiano. Rezaban las novenas familiares en casa de sus abuelos; celebraban algunas fechas religiosas, como el Día de la Cruz de los Milagros, cumpliendo la tradición de las famosas "luminarias". También se daba un lugar importante dentro de la casa al altar familiar, donde la imagen de la Virgen y los Santos acompañaban las tareas cotidianas y los momentos de oración. En algunas ocasiones familiares solían participar de Misa.

El primer recuerdo que Marcelo tiene de Dios es cuando su madre enfermó. Fue la primera experiencia en su infancia donde sintió que Dios estaba con él, cuidando de su madre y su familia.

Marcelo empezó su etapa escolar en la Escuela Jardín N°5 "La gotita traviesa" e hizo toda la primera en la Escuela N°4 "Mariano Moreno". Se formó profesionalmente en la Escuela Técnica N°2 "Bernardino Rivadavia", egresando con el título de Técnico electromecánico a los 18 años.

Su catequesis la inició en la parroquia. Santa Teresita de Niño Jesús, en donde a los 10 años recibió su primera comunión; el sacramento de la Confirmación lo recibió en la parroquia Inmaculado Corazón de María, en junio del 2006 en vísperas del Domingo de Pentecostés.

Luego de confirmarse se insertó a la vida comunitaria-pastoral con el grupo de  Perseverancia y de monaguillos. Después, ayudaba en la catequesis y en la pastoral juvenil parroquial.

Y así, sirviendo en la comunidad, comenzó a despertar en el corazón como una curiosidad sobre la figura del "cura"; una curiosidad que se suscitó por el testimonio de otros. Le llamaba la atención el modo de ser "normal" del cura, la manera de vincularse y relacionarse con la gente, las cosas que hacía y decía. Pero no sabiendo explicar lo que sentía y vivía interiormente, buscó ayuda; fue entonces cuando decidió hablar con su párroco y confiarle estás cosas. De a poco, fue poniéndole palabras a esas mociones y sentimientos, descubriendo que era Jesús quién lo llamaba a darse más, quién lo invitaba a un camino que era conocido y nuevo a vez, quién lo llamaba a ser feliz de un modo concreto.

Después de un proceso de discernimiento de varios años y en compañía de su familia, de su párroco y algunos amigos de la comunidad, ingreso a la formación inicial en el Seminario Interdiocesano "La Encarnación", el 2 de marzo del 2015.

Ya siendo seminarista, la Iglesia supo confiarle varias pastorales: el acompañamiento de los seminaristas ingresantes, el mantenimiento y trabajo eléctrico de la casa, la animacion litúrgica desde la música, entre otras cosas.

La comunidad de la parroquia Espiritu Santo en la Arquidiócesis de Resistencia, fue la primera en recibirlo durante el periodo de dos años. Luego, ya en la Arquidiócesis de Corrientes, estuvo compartiendo la vida pastoral junto a la comunidad de San Juan Bautista en los años 2018-2019. Posteriormente al tiempo de pandemia, la comunidad de San José de Saladas lo recibió los fines de semana durante algunos meses. Y el año pasado, concluyendo su formación inicial, compartió el camino con la parroquia de San Cosme de las Ensenadas.

Actualmente está insertó en la comunidad de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás y es profesor en el Instituto Arquidiócesano "Cardenal Pironio".

Para Marcelo, su certeza es que “Dios es un Padre Misericordioso y lleno de ternura. Él nos hace hijos amados por Jesús, y en Él nos da hermanos, para caminar y compartir su misma vida, para amarlos y servirlos al modo de Él, a ejemplo de su Amor”.



ARCHIVOS