PRENSA > NOTICIAS

MENSAJE PARA EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Desde la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz, saludamos y acompañamos a las mujeres en su Día. Son las que animan, sostienen, organizan, gestionan, cuidan, luchan, levantan la voz cuando es necesario, pero son también arrullo, acogida, fortaleza, perseverancia y ternura.

Con estas palabras inicia el mensaje de la Comisión, que en nombre de la Iglesia particular de Corrientes saluda a todas las mujeres y las encomienda a los tiernos cuidados de la Tiernísima Madre de Itatí, modelo de toda mujer.

 

Compartimos el texto completo del mensaje:

La Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz saluda y acompaña a las mujeres en su Día. Como decía el papa Francisco, “ese es el gran don de Dios: nos ha dado a la mujer”. Ellas animan, sostienen, organizan, gestionan, cuidan, luchan, levantan la voz cuando es necesario, pero son también arrullo, acogida, fortaleza, perseverancia y ternura. La reciente catástrofe ambiental que sufrió Corrientes como así también este acuciante presente socioeconómico cargado de desafíos, de injusticias y de tantas limitaciones en todo orden que, al igual que las aguas, afecta especialmente a los más desposeídos,  las encuentran de pie, construyen futuro, con inclaudicable esperanza: desde los comedores, desde las cooperativas, los emprendimientos, el ejercicio de las profesiones…

En este 2024 tan desafiante, de cambios que sacuden hasta los cimientos, Justicia y Paz no puede soslayar, al celebrar el don de Dios que es la mujer, la figura de María Antonia Paz y Figueroa, la primera santa argentina.

Porque más allá de la fe que cada uno profese, y aun cuando no se tenga fe alguna, no se puede dejar de valorar que esta mujer laica puso en valor la dignidad femenina, Mama Antula, como le decían a María Antonia, desafió las convenciones de la sociedad colonial y tuvo, además, una influencia crucial en el clima independentista de mayo de 1810.

Mujer audaz, mujer fuerte, plena de Dios, la más rebelde de su tiempo, protegía a las mujeres sin casa y albergaba a los niños abandonados, alimentándolos, vistiéndolos, dándoles un hogar y bautizándolos. Acusada de bruja y de loca, apedreada, perseveró con paciencia, mansedumbre y firmeza en sus convicciones. Sin confrontaciones estériles, ella acogía a todos, sin discriminar a nadie. Y en las tandas de ejercicios espirituales convivían mujeres y varones de todas las clases sociales y condiciones: autoridades, patricios, esclavos…, en un preclaro ejercicio de fraternidad humana. Convivencia verdaderamente inédita para la época.

Para las mujeres de nuestro tiempo, Mama Antula hoy marca un camino. Reivindica no solo la dimensión de la fe, que es muy grande, sino también la fortaleza de la participación en el espacio de lo público, en el compromiso con lo social para construir fraternidad desde la justicia, el servicio, la gestión y la solidaridad.

Por eso, junto con el Magisterio de la Iglesia, Justicia y Paz rechaza cualquier forma de discriminación y violencia contra la mujer y sostiene que los poderes públicos tienen especial responsabilidad en continuar promoviendo y profundizando una verdadera política social y educativa, encaminada a prevenir e intervenir directamente sobre las causas de cualquiera de las vulneraciones de sus derechos, vulneración que en la actual crisis socioeconómica se torna más acuciante.

Pero, además de los poderes públicos, todos debemos sentirnos responsables de velar por la justicia hacia las mujeres y acoger el “don de la mujer”, reconociendo su dignidad en todas sus dimensiones como signo de una verdadera madurez social.

Corrientes, 8 de marzo de 2024

 

NOTA:A la derecha de la página, en Archivo, el texto como Mensaje Día de la Mujer 2024 - Justicia y Paz Ctes, en PDF